La noción de los videojuegos era apenas visible hace casi cuatro décadas. Las computadoras, las consolas de última generación y los teléfonos inteligentes no eran parte del imaginario colectivo. Justo allí nace Pac-Man, un modesto videojuego, en términos técnicos y gráficos, que hoy es una institución y un producto de culto entre conocedores. Toru Iwatani, un desarrollador japonés de Namco dio vida al famoso personaje. La historia que podríamos concebir como leyenda urbana, señala que la inspiración vino mientras comía pizza y apreció la curiosa figura que se formaba sin la rebanada que justo consumía.
Era 1980, 21 de mayo para ser precisos, ahí surgía el hito del peculiar cometodo amarillo. El principio del juego era muy sencillo, el usuario manipulaba un diminuto círculo amarillo, a través de un pequeño laberinto. La misión era una: devorar todos los puntos que aparecieran en el camino, hecho que permitía al usuario escalar de nivel. ¡Alto! debemos recordar que había que lidiar con cuatro fantasmas, que “morían” cuando Pac-Man se comía los puntos más grandes.
Al principio, solo Japón, desde sus Arcade (coloquialmente identificadas como maquinitas), dotaba de acceso al juego. Sin embargo, poco más de medio año después, el glotón amarillo arribó a Estados Unidos y se convirtió en una sensación. Sí, ese círculo con boca inspiró una cartera de productos envidiable, entre la que destacan: series. juguetes y playeras. Tal fue la fama, que plataformas como Atari, no dudaron en darle la bienvenida e inclusive surgieron propuestas muy similares, que la mayoría de los jugadores (fans para entonces) etiquetaban como imitaciones.
Pac-Man luchó por su lugar en el mercado, hasta tuvo que lidiar con extraterrestres, seguro recuerdan los formatos de Space-Shooters e Space Invaders. Se abrió paso hasta convertirse en el icono de los videojuegos de laberintos y en un referente cultural de los gamers. Es hasta hoy el juego de monedas más exitoso en la familia Arcade; según Récords Guinness, entre 1981 y 1987 se fabricaron aproximadamente de 293, 822 máquinas para Pac-Man, ¡sí! una moneda era la llave para entrar a un mundo de fantasmas y urgencia por comer puntitos.
Claro que hay figuras como Mario o Sonic y, respeto para titanes como Nintendo y Sega, pero la riqueza de un clásico como Pac-Man es imborrable. Cada año se venden millones de productos que hacen alusión al monito amarillo, inclusive se organizan competencias de alcance mundial para celebrar a la creación de Toru Iwatani. Hace una semana se cumplieron 39 años de su lanzamiento, pero la leyenda sigue vigente.