Si un videojuego es bueno y logra conectar con la audiencia, este puede llegar a generar grandes ganancias para sus creadores. Según un artículo de la revista FORBES, en 2019, la industria de los videojuegos logró superar los 148.8 mil millones de dólares en ventas a nivel global (Peres, 2019). No obstante, producir un videojuego exitoso no es una tarea sencilla. Este proceso requiere de la participación de gran número de profesionales, incluyendo guionistas, músicos, dibujantes, programadores, actores, mercadólogos, y directores, entre otros.
Una forma de mejorar las posibilidades que un título tiene de lograr dicha meta es sometiéndolo a evaluación de forma constante durante su desarrollo. Por esa razón, los estudios suelen destinar parte de su presupuesto en probar una a una las diferentes versiones de un videojuego. Esto con el fin de detectar posibles errores en su código (bugs, en inglés). A esta práctica se le conoce como evaluación de videojuegos (game testing, en inglés). Los tipos de pruebas más comunes que se ejecutan son de calidad (quality assurance, en inglés).
A pesar de que dicho ejercicio coadyuva a la resolución de problemas en términos de bugs, esto no necesariamente garantiza que los usuarios se sentirán satisfechos con su compra. Esto debido a factores como el diseño, la jugabilidad o experiencia de juego.
Entrevistas y focus groups
Una entrevista es una conversación que se mantiene con una o más personas a fin de conocer su opinión sobre un tema. A través de la realización de preguntas, una entrevista permite explorar un mismo tema desde diferentes aristas, suscitar respuestas significativas al respecto, y recopilar datos que de otro modo serían difíciles de obtener.
Para obtener información que ayude a entender el qué, por qué, o cómo de la percepción de los participantes respecto a un tema (insights, en inglés), es necesario que el entrevistador mantenga una conversación con una persona por un tiempo prolongado. De ahí que se recomiende dividir una entrevista en sesiones.
En términos de su ejecución, una entrevista puede ser estructurada, semiestructurada, o no estructurada. Una entrevista estructurada es aquella en la que el entrevistador sigue un guión con preguntas bien definidas y ordenadas. Una entrevista semiestructurada es aquella en la que, si bien el entrevistador cuenta con un guión, él o ella genera nuevas preguntas dependiendo de los comentarios hechos por los participantes. Una entrevista no estructurada es aquella en la que el entrevistador cuenta solamente con una lista de tópicos interesantes a cubrir, y es el participante quien guía la conversación. Esta última es común en etnografías.
El tipo de preguntas que pueden ser hechas a lo largo de una entrevista van desde preguntas abiertas, las cuales ayudan a obtener una retroalimentación más completa, hasta preguntas cerradas, que tienen como objetivo el limitar a los usuarios a escoger entre un número predeterminado de alternativas. Ejemplos de preguntas cerradas incluyen dicotómicas (sí o no), opción múltiple, booleanas (verdadero o falso), y en escala Likert (e.g., del 1 al 5), entre otras.
Una entrevista no se limita a escuchar las opiniones de las personas. El entrevistador puede solicitar a los participantes que demuestren con acciones cómo llevarían a cabo cierta actividad, o bien, a demostrar qué harían con recursos específicos. A las ayudas externas destinadas a obtener comentarios o provocar reacciones relevantes para el tema en cuestión se les conoce como sondeo (Carmines y Zeller, 1979)
Por otro lado, una entrevista puede llevarse a cabo con un grupo de personas. Esto dado que, dependiendo del número de participantes que se tenga, la visión que puede lograrse sobre un factor evaluado puede ser limitada. A este estilo de entrevista se le conoce como grupo focal (focus group, en inglés). El número de participantes recomendado para un focus group va de cinco a ocho personas. A diferencia de una entrevista uno a uno, la duración recomendada para un grupo focal es de hasta dos horas. Además, es recomendable llevar a cabo más de uno, esto para incrementar la probabilidad de obtener buenos resultados.
La selección de participantes depende de la temática o problemática que se desee explorar. Si se desea obtener información respecto a un público objetivo, los participantes seleccionados para una entrevista o grupo focal deberán tener preferentemente aspectos en común (e.g., experiencias de vida similares, formación académica equivalente, etc.), es decir un contexto/ambiente compartido. Por el contrario, si se desea obtener información más general, un grupo amplio de entrevistados representativos de todas las partes interesadas (stakeholders, en inglés) puede ser más informativo.
De acuerdo a Lazar et al. (2017), en el área de la tecnología, las entrevistas ayudan a generar un entendimiento sobre las necesidades, prácticas, preocupaciones, preferencias y actitudes de los usuarios respecto a un sistema o plataforma. Lo anterior en cualquier fase de su proceso de creación: desde la planeación y levantamiento de requerimientos, hasta la evaluación de prototipos. En el caso particular de los videojuegos, estas pueden ser usadas para obtener retroalimentación directa sobre aspectos relacionados con su atmósfera, mecánicas, etc.
Ejemplo de uso
Con el propósito de ilustrar el uso de entrevistas (uno a uno o en grupo) para la obtención de insights al respecto de un videojuego, se presenta el siguiente ejemplo. Luego de varios meses de trabajo en un nuevo título, el equipo de desarrollo se enfrenta a un dilema. Parte del equipo propone que, al obtener un elemento que permite aumentar el poder (power-up, en inglés), el personaje principal sea capaz de saltar el doble. Mientras que la otra parte sugiere que, al obtener dicho power-up el personaje principal sea capaz de golpear más fuerte.
Para probar cuál de las dos opciones es más atractiva para el público objetivo (target audience, en inglés), el equipo de game testing prepara una serie de preguntas específicas e invita a un grupo de ocho personas al estudio. Con base a sus características personales, dicho grupo es representativo del target audience que quieren para su videojuego. A fin de capturar todas las opiniones, el equipo de game testing decide grabar la sesión con webcams, por lo que antes de comenzar solicitan la autorización de los participantes.
Dado que no cuentan con suficientes equipos para permitir que cada jugador pruebe el título por separado, deciden llevar a cabo una demostración con los participantes. Luego del sondeo, los invitan a dar sus opiniones en una sesión de discusión guiada de focus group. Para garantizar que la información les sea de utilidad, el entrevistador se asegura de que todos tengan las mismas oportunidades de participar.
Una vez terminada la sesión, con la información obtenida, el equipo de game testing lleva a cabo un resumen de las respuestas con las cuales será capaz de dar una recomendación al equipo de desarrollo.
Reflexión
A través del ejercicio mencionado anteriormente, un estudio puede valorar si una decisión de diseño/desarrollo será del agrado de su target audience, o bien, si esta satisfacerá sus necesidades. Si bien, la ejecución de este tipo de actividad de valoración cualitativa requiere del uso de diferentes recursos, estos permiten obtener insights de manera oportuna (i.e., previo a su lanzamiento). Por ello, se recomienda aprovechar las entrevistas, ya sea uno a uno o grupales, para verificar que las decisiones que tomen respecto a los diferentes componentes del videojuego sean las más adecuadas.
Bibliografía
Carmines, E.G, y Zeller, R.A. (1979). Reliability and Validity Assessment. Quantitative Applications in the Social Sciences Book 17, SAGE Publications, Inc. DOI: 10.4135/9781412985642
Lazar, J., Feng, J.H., y Hochheiser, H. (2017). Research Methods in Human-Computer Interaction - 2nd edition. Cambridge, USA: Morgan Kaufmann. ISBN: 978-0-12-805390-4
Peres, I. (2019). El valor de la industria de los videojuegos en 2019. FORBES, Portada, Red Forbes. https://www.forbes.com.mx/el-valor-de-la-industria-de-los-videojuegos-en-2019/